sábado, 4 de diciembre de 2010

"HARPO SPEAKS!" PRIMERA EDICIÓN DE LA AUTOBIOGRAFÍA DE HARPO MARX (1961)

Se trata de la primera edición británica de la autobiografía de Harpo Marx con la colaboración de Rowland Barber y las ilustraciones de Susan Marx, bajo el título "Harpo speaks!" editado por Victor Golliancz en 1961. Tiene un tamaño de 22x15 cm, 473 páginas e interesantes fotografías. Adquirido en Yorkshire (Gran Bretaña) en julio de 2010.
En su contracubierta se puede leer: “He tocado el piano en un burdel. He sacado papeles secretos de Rusia clandestinamente. Me he pasado una tarde en el diván con Peggy Hopkins Joyce. He enseñado a toda una plantilla de gangsters a jugar al pincha-pellizca. He jugado al cróquet con Herbert Bayard Swope mientras él tenía al gobernador Al Smith esperándole al teléfono. He apostado con Nick el Griego, me he sentado en el suelo con Greta Garbo, he cambiado fintas de boxeo con Benny Leonard, he cabalgado con el príncipe de Gales, he jugado al ping-pong con George Gershwin. George Bernard Shaw me ha pedido consejo. Oscar Levant ha tocado conciertos privados para mí a un dólar la tirada. He jugado al golf con Ben Hogan y Sam Snead. He tomado el sol en la Riviera con Somerset Maugham y Elsa Maxwell. Me han echado del casino de Monte Carlo(...)”

HARPO, DALÍ Y UN GUIÓN CINEMATOGRÁFICO
De sobra es conocida la estrecha relación existente entre Harpo Marx y Salvador Dalí, de cuya colaboración surgió, entre otras cosas, un guión para una pelicula de los Hermanos Marx bajo el titulo "Giraffes on Horseback Salad"(Girafas en ensalada de lomos de caballo). En el libro titulado "Salvador Dalí, cineasta sin films"(1991) su autor Félix Fanés recoge magnificamente la relación entre Harpo y Dalí, así como el proceso creativo que dio lugar al guión que jamás seria realizado. Aqui reproduzco unos pasajes del libro que merecen muchisimo la pena:
"En diciembre de 1936 Salvador Dalí viajó por segunda vez a Estados Unidos. Su objetivo era participar en dos exposiciones: la antológica «Fantastic Art: Dada and Surrealism», que se iba a realizar en el Museum of Modern Art, de Nueva York, y en la individual, que su galerista, Julien Levy, le había organizado en esta misma ciudad. El pintor, sin embargo, pensaba aprovechar el viaje para introducirse en el difícil mercado americano. En enero de 1937 se desplazó hacia la Costa Oeste, con la intención de buscar encargos para retratos, pero también con el propósito de conocer a las estrellas de Hollywood, sobre todo a los Hermanos Marx, y aún más especialmente a Harpo, por quien el pintor sentía una gran admiración, desde que había visto en París Animal Crackers, como se deduce de la lectura de algunos textos de los años 30 (por ejemplo, «Abrégé d'une histoire critique du cinéma» de 1932 y «Surrealism in Hollywood» de 1937). Dalí entró en contacto con Harpo desde Nueva York, a través de terceras personas, según se desprende del telegrama que el actor le envió el 31 de diciembre de 1936, en el que puede leerse: «estaría encantado de ser pintarrajeado por usted». Con objeto de congraciarse con Harpo, Dalí le envió la famosa arpa cubierta de cucharitas, cuyas cuerdas eran alambres de espino, envuelta en papel de celofán, un objeto apropiado para quien, según Dalí, poseía un rostro deformado «por la locura persuasiva y triunfante». El actor, que se hallaba junto con sus hermanos rodando A Day at the Races, respondió con buen humor vendándose los dedos para poder tañer el hiriente artefacto según testimonios fotográficos de la época. Es posible que en el encuentro facilitado por la ingeniosa arpa se concretara el proyecto de un retrato. De hecho, se conserva un excelente dibujo del actor, hoy en una colección particular, que bien podría tratarse de un avance de ese encargo.
El 19 de febrero de 1937 Dalí escribía desde Hollywood a su amigo y mecenas Edward James: «Muchos desiertos, indios congelados, excursiones a caballo entre los cactos más artísticos del mundo, 'bellas simetrías' de super-platino rubio, etc. (...) ARPA es una persona deliciosa y una de las más refinadas. Estoy haciéndole un dibujo con su ARPA que pienso que queda encantador». Debió ser en las sesiones de pose cuando Dalí, siempre obsesionado con el cine, le propuso escribir un guión para una película que protagonizarían él y sus hermanos. (El diálogo no debió ser fácil: Dalí entonces no hablaba ni una palabra de inglés y Harpo sólo hablaba -cuando hablaba- en esa lengua). El resultado fue un guión que se debía titular, según todos los testimonios, Giraffes on Horseback Salad. El film, pensado para tener una duración breve -unos 30 minutos-, fue ofrecido a la Metro, que entonces tenía bajo contrato a los Marx, la cual, como era de esperar, lo rechazó de plano. Para el proyecto, Dalí realizó una serie de dibujos que durante años colgaron en el living-room de la mansión de Harpo. Según James Bigwood «la historia termina aquí. El guión ha desaparecido (...). Bill, el hijo de Harpo, recuerda que el guión de Dalí fue una especie de chiste continuado en su familia pero él nunca llegó a verlo»(...)Esa era la información de la que disponíamos sobre el proyecto de film entre Dalí y Harpo Marx hasta que, recientemente, salió a la venta en una subasta de París un texto del pintor que aparecía descrito en la presentación como «Scénario original de Salvador Dalí, projet de film avec les Marx Brothers. 'Giraffes on Horseback Courses'». Ese manuscrito (de 68 páginas, en su mayor parte escritas en francés, que en el catálogo de la venta se describían como «diversos esquemas para el guión, ideas anotadas, ideas de gags y esbozos») fue adquirido por el Musée National d'Art Moderne-Centre Georges Pompidou. Advertido por el responsable de los archivos cinematográficos de ese Museo, el señor Jean-Michel Bouhours, la noticia me llevó a buscar entre los papeles de la Fundación Gala-Salvador Dalí hasta que encontré lo siguiente: diez hojas mecanografiadas (unas 6.500 palabras), escritas en inglés, que llevaban por título «Film by Marx Brothers. Scenario and Setting Salvador Dalí». Se trataba también de un guión de película para ser realizado con los Hermanos Marx.
En él se narra la historia de tres personajes: Jimmy, un joven hombre de negocios español exilado en América por razones políticas; su novia Linda, rica, esnob y vulgar; y la Mujer Surrealista, un personaje que intenta convertir en realidad sus sueños y fantasías. Como telón de fondo, los Hermanos Marx. En un plano más secundario, los amigos de Linda. El argumento podría resumirse así: Jimmy y Linda no pasan por un buen momento en sus relaciones. Una noche, en el night club Chey Phoenix, al que han acudido con unos amigos, conocen a la Mujer Surrealista, que llega acompañada de Groucho y Harpo (después se les sumará Chico). A esta mujer, que es extraordinariamente bella, no se le puede ver el rostro. La cámara siempre procura enfocarla de manera que permanezca oculta a los ojos del espectador. Cuando la Mujer Surrealista abandona el night club, Jimmy consigue con una argucia contemplar su rostro: «¡Madre que mujer!», exclama (en castellano en el original). Quedan citados. Mientras la Mujer Surrealista encarga a Groucho que organice una cena excepcional (situación que dará pie a diversas actuaciones de Groucho), Jimmy, de nuevo en el apartamento de Linda, continúa distanciándose de su novia. Ya en la cena, en casa de la Mujer Surrealista, Jimmy descubre que empieza a enamorarse. Pero el encuentro tendrá un final abrupto: una lluvia torrencial invade la casa. Huyendo del agua, Jimmy y la Mujer Surrealista entran en la habitación de infancia de ella, donde nada ha sido tocado desde hace años. A través de un espejo, que nos permite contemplar por primera vez su rostro bellísimo, veremos correr las lágrimas por sus mejillas. Jimmy, cantando, le declara su amor, que es correspondido, también cantando, por ella. A continuación Linda y sus amigos, por un lado, y la Mujer Surrealista, Jimmy y los Hermanos Marx, por otro, marchan a California. A partir de este momento una serie de extraños sucesos acontecen en diversas partes del mundo. En una ciudad, se descubre una barra de pan de más de 50 pies de largo. En otra, un monumento conmemorativo aparece cubierto de comida, lo cual motivará que acudan todos los perros del lugar. En una tercera, en el momento en que la multitud es más densa se produce una estampida de jirafas incendiadas, etc. Los amigos de Linda acusan ante el juez a la Mujer Surrealista de ser la causante de todos estos males. Entre tanto los Marx organizan una gran fiesta. El plato fuerte es una competición de ciclistas con una piedra en la cabeza, que será vigilada desde la proa de un navío por los tres hermanos mientras la orquesta toca el tema principal (de Cole Porter). Finalmente comparecen ante el juez, quien, frente a la diversidad de opiniones manifestadas por los presentes, no puede emitir sentencia. Después de tanto ajetreo, Jimmy decide cambiar de vida y le propone a la Mujer Surrealista comprar una casita donde vivir retirados y tranquilos. Horrorizada, ella huye, pero días después le envía un telegrama en el que le comunica que ha encontrado el lugar adecuado para ellos. Se trata de una casa convencional con reloj de péndulo, fotos familiares y muebles de mal gusto. Jimmy se aburre soberanamente con su nueva vida, pero no se atreve a decirlo. Finalmente, la Mujer Surrealista decide cortar por lo sano: «Quizás tu puedas vivir así, pero yo no». Salta desde un trampolín, como el que usan los gimnastas para darse impulso, contra una puerta que, en el último instante, se abre: al otro lado aparece el mar. Los Hermanos Marx la recogen con una red de pescadores y la depositan sobre un barco. Jimmy efectúa la misma operación. Acto seguido, una ola enorme cubre la casa de arena y algas, enterrando el reloj de péndulo, las fotografías familiares y los muebles de mal gusto. Al mismo tiempo, el barco navega hacia el horizonte mientras los remos, que son brazos de chicas, saludan al espectador". (Texto: Félix Fanés. Fotos: Dalí dibuja a Harpo mientras toca con el harpa de espino y cucharillas; Dibujo de Harpo hecho por Dalí y con su dedicatoria; Boceto del decorado de Giraffes on Horseback Salad de 1937 con el titulo "Surrealist piano").

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