LOS OTROS GENIOS DEL CINE CÓMICO MUDO I: HARRY LANGDON, UN CÓMICO CON CARA DE NIÑO

Harry Langdon (Iowa, 1884- California, 1944). En 1902 se inició en el mundo del "vodevil" con un "sketch" del que era autor y que bajo en titulo "El coche nuevo de Johnny" le permitió vivir del teatro durante 20 años. Su estilo lento, infantil e inocente moviendose en medio de un mundo de adultos fue lo que cautivó a Mack Sennett, que le contrató en 1923. Sennett puso a trabajar para él a tres escritores y aspirantes a directores: Harry Edwards, Arthur Ripley y Frank Capra que debieron realizar grandes esfuerzos para encajar el estilo lento de Langdon con el trepidante mundo de la Keystone. Según recoge Sennett en su biografía "El Rey de la comedia": "...Harry tenia una expresión que le daba aspecto de niño inocente con ciertos toques de malicia que a Capra le encantaba(...)Al principio nos resultó dificil encontrar un lugar donde encajarle, acostumbrados como estábamos a disparar gags, tropezones y caidas tan rápido como podíamos...". A partir de 1924 Langdon protagoniza diversos cortos con un estilo interpretativo cada vez más depurado. En 1925 protagoniza su primer largometraje "His first flame" dirigida por Harry Howells pero que Sennett se niega a estrenar. Contrariado, Langdon decide independizarse y producir sus propias peliculas. Recibe una oferta de la First National y contrata a los tres guionistas-directores, incluido Capra. De esta etapa surgiran tres grandes peliculas: "Un sportman de ocasión" ("Tramp, tramp, tramp", 1926) dirigida por Harry Edwards, "El hombre cañón" ("The strong man", 1926) y "Sus primeros pantalones" ("Long pants", 1927) ambas dirigidas por Frank Capra. Tras estos exitos Langdon discute con sus colaboradores y acaba despidiendolos. Esto, unido al inicio del cine sonoro que claramente no encaja con su personaje acaban por hundirle. Un par de fracasos de taquilla, (incluido en estreno de "His first flame") relegan al cómico a actuar en cortos y en modestos papeles. Su último trabajo fue una comedia musical para la Columbia en la que tenia que cantar y bailar. Pero eso fue demasiado para él.  En 1944 muere arruinado y en el olvido. No es hasta los años 70 cuando los estudiosos del cine le colocan en el lugar que le corresponde: uno de los grandes de la comedia muda. En comparación con Chaplin, Sennet dijo: "En el fondo ambos eran iguales. Eran dos tipos pequeñajos luchando contra un universo mezquino, y, como el público que va al cine pocas veces está constituido por magnates, héroes o millonarios, la mayoría de la gente se sentía identificada con estos dos cómicos".